Para entenderlo hay que vivirlo
Y encontré el vacío bar, lleno esta vez.
Donde los besos usados tenían sentido.
menos esos donde me invitabas a quedarme
Prefiero mil heridas en la espalda con tus uñas
a una herida en el pecho con tus acciones.
Tan inmune a lo que se pueda sentir,
es que no me di cuenta que estuve con mi reflejo,
lo mas chistoso de la historia es que me sabia el final
y aun así intente no escribir ese cuento.
En un barco me vi, y como dijo Sabina un día
"Todas las ciudades eran pocas a sus ojos,
ella quiso barcos y el no supo que pescar".
Te quedaste corta con la maldad,
sin miedos ni tapujos empujaste lo mas débil
que te habían puesto en frente, sin importar
donde caería si en la mar o en la cantina.
Que te importa a ti, como se sientan los demás,
si el egoísmo te arropo disfrazado de pena y dolor.
No hay mentira mas cierta que esos "te quieros"
que un día me gritaste, esos que parecían que buscabas
donde consolarte y llegue yo con mi nudo ingenuo
a aceptar tus condiciones y tus pechos deidales,
que solo me hacían quedarme despierta
para observar tus pesadillas.
He aquí un día mas donde lloro y me rio,
por la misma razón que lo hice hace cuatro
inviernos atrás.
Tu mente tan bisoña te hizo cometer los mismos
errores que siempre censuraste y es que
nuevamente recito a este poeta
conservado en alcohol llamado Sabina.
"Y en mitad de un "te quiero" me olvido"
