la tuya, la mía y la otra.

Quizás su energía te ayude, pero no te sana. 
Quizás su energía te haga sentir tranquilidad, pero el momento en que te acuestas en tu cama, vuelve la mía. 
Quizás su energía es la energía que te llena, pero te aseguro mi cielo que no te quita los demonios.

Te aseguro, que como la mía, no te limpia, yo me comía todas tus maldades y todos tus complejos.

La mía mi vida, te daba paz en la tuya, porque la mía mi princesa, abrazaba la tuya hasta que la limpiaba, incluso sin saberlo, incluso en ignorancia.
Incluso sin saber que podía quitarte todas tus manías negativas, lo intentaba comer en un brazo.

En ese abrazo que cada noche te daba, antes de voltearme.

No sé si ya lo recuerdas, pero antes de tu abrazarme a mi, yo te abrazaba a ti.

Y ahí, mi cielo, ahí me moría yo, para darte vida a ti.

Para que tú nuevo día, no fuera tan absurdo como el mío, [esos días que con solo verte sonreír ya no importaba que tanto yo tragaba] y por eso mi cielo, te daba la espalda. 

Para que entonces yo brazara TUS demonios y no dejarlos salir. 

Para que TÚ MI VIDA pudieras dormir en paz.

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