“En ocasiones tenemos que abandonar la vida que habíamos planeado, porque ya no somos la misma persona que hizo aquellos planes.”
“Somos de quien nos escribe”, leí un día.
“Somos de quien nos escribe”, leí un día. De quien nos entiende, - sin decir nada- de quien luego nos puede explicar también. Somos de quien nos acaricia, -incluso en la distancia- quien nos trata con dulzura, quien encuentra adorable cada defecto, cada marca, cada cicatriz. Somos indudablemente de quien nos ama y nos protege, -y nos deja protegerle- aún con heridas, aún con rasguños. Somos de quien nos pone en prioridades, -sin perder las suyas, ni cambiar sus planes- quien nos regala un poco de su tiempo, quien nos da también libertad; somos de quien nos besa bonito, de quien nos besa salvaje, de quien siempre nos va a besar. Somos de quien ama todo de nosotros, de nuestra esencia, -y de nuestra ausencia- de quien no quiere cambiarte ni un solo centímetro, de quien conoce todos nuestros errores y tropiezos y aún así se quiere quedar. Somos de ese alguien que simplemente nos elige cada día, y que se queda amándonos y quizás en algún momento nos odia, pero nos deja ser no...
