Hay momentos que no existen en días de universo pero si hacemos que pase dentro de nuestra cabeza y solo recordamos cosas que no pasaron y decimos en nuestro interior cosas que no dijimos. Pues yo solo recuerdo partes de la vida donde lloraste por morir conmigo y donde lloré por querer que pasara.
“Somos de quien nos escribe”, leí un día.
“Somos de quien nos escribe”, leí un día. De quien nos entiende, - sin decir nada- de quien luego nos puede explicar también. Somos de quien nos acaricia, -incluso en la distancia- quien nos trata con dulzura, quien encuentra adorable cada defecto, cada marca, cada cicatriz. Somos indudablemente de quien nos ama y nos protege, -y nos deja protegerle- aún con heridas, aún con rasguños. Somos de quien nos pone en prioridades, -sin perder las suyas, ni cambiar sus planes- quien nos regala un poco de su tiempo, quien nos da también libertad; somos de quien nos besa bonito, de quien nos besa salvaje, de quien siempre nos va a besar. Somos de quien ama todo de nosotros, de nuestra esencia, -y de nuestra ausencia- de quien no quiere cambiarte ni un solo centímetro, de quien conoce todos nuestros errores y tropiezos y aún así se quiere quedar. Somos de ese alguien que simplemente nos elige cada día, y que se queda amándonos y quizás en algún momento nos odia, pero nos deja ser no...